El año que recé para que no me crecieran las tetas

Hay cuerpos que pueden andar por la playa con el torso descubierto —o incluso quitarse la camiseta para limpiarse el sudor en un partido de pádel— sin que nadie pestañee, pero otros tenemos que responder al interrogatorio eterno: ¿por qué lo haces?, ¿qué buscas?, ¿no te da vergüenza? — Un lanzamien...
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