Educar para la vida; parar el genocidio

Y yo, que acabo de recibir a mi nieta a la vida, me pregunto, ¿cuál es mi lugar en este desastre? Al sostenerla en brazos y sentir su calor, su piel suave, el latido de su corazón sobre el mío… En esos instantes, la atrocidad de la situación se hace, si cabe, más densa, más profunda. Me conmueve esp...
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