Vivir y envejecer

Vivir y envejecer

El Dios bíblico, que ni nace ni muere, es eterno. Los dioses olímpicos, nacidos de sus padres, no son eternos sino inmortales. Nosotros, que además de nacer morimos, somos contingentes. Ahora bien, ser contingente significa dos cosas distintas: que algo es de una manera pero podría ser de otra; que...

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