La foto de Sánchez quemado

Los españoles ardían entre llamas y el presidente se escondía en La Mareta. Solo salió de Lanzarote para la foto. Una rama podada. Una pose calculada. Y vuelta a las vacaciones encerrado en su lujoso búnker. Ese es su gobierno: ni rescata, ni acompaña, ni consuela, ni manda. Vive desbordado. A fuer
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