Perdón, Ismael
La señora de la cocina llevaba la bandeja hasta el pupitre de Ismael, le acariciaba la cabeza y le decía: ‘Beba, papito, beba sin pena’...
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La señora de la cocina llevaba la bandeja hasta el pupitre de Ismael, le acariciaba la cabeza y le decía: ‘Beba, papito, beba sin pena’...
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