Ni paz ni hostias

El monstruo naranja que se postulaba para Nobel de la Paz bromeó, en el Parlamento israelí, con las armas que le daba a su amigo Bibi y lo bien que supo usarlas. 68.000 aciertos, que sepamos. Y el genocida sonríe satisfecho. Solo las voces de dos diputados de la Knéset, Ayman Odeh y Ofer Cassif, gri...
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